¿ Que es el pH ?

El pH, es el potencial de hidrógeno, en este caso, un valor numérico que nos informa del grado de acidez o alcalinidad en el organismo.

Es un magnifico indicador de un cuerpo sano o predispuesto a enfermar. Según los hábitos de vida seguidos hasta el momento, mala alimentación, estrés, alcohol, medicamentos… generan una tendencia a la acidificación, el organismo no tiene capacidad de eliminar residuos y toxinas y se sobrecarga.

Un cuerpo ácido, es aquel que esta a falta de oxigeno, tiene deficiencia en minerales , los tejidos se encuentran inflamados… se genera un caldo de cultivo para las células patógenas, apareciendo con el tiempo la enfermedad, ya que el organismo lucha continuamente por mantener un pH ligeramente alcalino, y muchas veces hay que pagar un alto precio por este sobreesfuerzo.

Es importante tener conocimiento de este valor, para tomar medidas preventivas o correctivas y volver cuanto antes a un estado óptimo de salud, y en este caso, la nutrición es de gran ayuda.

¿CÚAL ES EL pH ÓPTIMO?

El pH ideal en el organismo es 7,4, ligeramente alcalino. Se mide en una escala del 0-14 siendo 7, un pH neutro, y dependiendo de si esta medición se realiza en sangre, orina o saliva, varia levemente el rango.

El pH en:
Sangre oscila entre 7,35 y 7,45, si el pH se mueve por debajo o por arriba, las células dejan de funcionar y se produce una muerte súbita, es el pH más crítico, sin embargo en orina y saliva puede fluctuar en una rango un poquito mas amplio 6,5 – 7,5 en la saliva, y algo más ácido en la orina 5,8 – 7,2.

La medición de pH en saliva u orina, son excelentes indicadores del estado global del cuerpo, se realiza con tiras reactivas, de manera sencilla y rápida. Los resultados pueden fluctuar, ya que influye la hora del día en que se realice el registro y el tipo de comida ingerida, por ello es conveniente que se repita esta medición varios días, respetando el mismo horario, para garantizar un óptimo resultado.

¿CÓMO SE REESTABLECE EL EQUILIBRIO?

 

El organismo de forma obligatoria para la supervivencia, necesita continuamente mantenerse en un pH ligeramente alcalino (7,4) , depende de nosotros y nuestra conducta, que le facilitemos el trabajo o mantengamos al organismo en estado continuo de alerta y sobreesfuerzo.

Para volver a un estado óptimo de salud, no solo basta con eliminar los ácidos acumulados, es necesario integrar nuevos hábitos. Es un proceso de aprendizaje para restringir e incluso suprimir alimentos y conductas acidificantes por un tiempo e incluirlos con moderación en función de la reserva alcalina, aportando calma y energía al organismo.

¿QUÉ FACTORES INFLUYEN EN UN pH ÁCIDO?

 

Los factores que influyen negativamente y tienden a acidificar son entre otros:

  • Alimentos de origen animal y procesados
  • Azucares simples, cereales refinados
  • Refrescos comerciales
  • Tabaco y alcohol
  • Medicamentos
  • Estrés
  • Emociones negativas de forma continuada (miedo, angustia, tristeza)
  • Respiración superficial por falta de oxigenación
  • Infecciones parasitarias, virus, crecimiento excesivo de hongos…

Si esta acidificación se alarga en el tiempo, provoca descompensaciones internas graves. La sangre se vuelve ácida y necesita minerales que se toman de otras estructuras, de ahí por ejemplo la descalcificación del hueso, disminuye la capacidad de reparar células dañadas, el sistema inmune se debilita, los órganos filtradores se sobrecargan y se obstruyen… en general el cuerpo se fatiga y enferma.

¿QUÉ PAUTAS NUTRICIONALES y CONDUCTUALES AYUDAN A RECUPERAR LA HOMEOSTASIS?

 

Principalmente una dieta basada en hortalizas, verduras, frutas, semillas, germinados y frutos secos crudos, hierbas aromáticas y especias como el jengibre y la cúrcuma y tan solo un pequeño porcentaje de cereales integrales, legumbres huevo y pescado.

También hay que tener en cuenta conductas alimentarias como la masticación, si el alimento llega al estomago sin trocear correctamente, obliga a pasar mas tiempo en el mismo y se genera gran cantidad de ácidos, por lo tanto es importante ser conscientes de que la digestión comienza en la boca.

Otra vía de eliminación de ácidos, es a través del ejercicio físico, por lo que debemos incluir la práctica deportiva en nuestros hábitos, y si por tu cabeza ronda la excusa de no tengo tiempo para ir al gimnasio, incluye en tu rutina semanal, un circuito de alta intensidad combinado con algunos ejercicios anaeróbicos, que puedes hacer en casa y con 20-30 minutos será suficiente.

Practicar yoga o meditación, puede ayudarte a realizar respiraciones amplias y profundas que te llenen de oxígeno y te ayudan a tener atención plena y bajar la radio de pensamientos rumiantes que favorecen un estado estresante.

Un mayor contacto con la naturaleza, dar un paseo de dos horas a la semana en plena sierra , reduce el estrés, limpia tus pulmones y mejora tu estado de ánimo.

De nuestro descanso, nutrición, practica deportiva y demás hábitos saludables depende facilitar al organismo que se mantenga en equilibrio sin sufrir bruscas descompensaciones.

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